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Meet your teacher

Hola, soy Francia

Mi viaje yóguico comenzó en el año 2000 cuando me quedé embarazada mientras me recuperaba del abuso del alcohol y de un trauma infantil; años más tarde "el yoga me salvó la vida" y me ofreció un camino para curarme de una depresión profunda y debilitante. A día de hoy, el yoga sigue ofreciéndome conexión, un cambio de perspectiva y una base sincera para hacer frente a la agitación mental y emocional de la vida diaria.

 

Más allá de una forma de mantener un cuerpo y una mente fuertes y sanos, el yoga proporciona una conexión con la fuente que guía mi viaje espiritual.

 

En 2007 obtuve la certificación de 200 horas como profesora de vinyasa yoga de la Yoga Alliance; desde entonces he seguido profundizando en mi conocimiento del yoga estudiando otras disciplinas como Vipassana, Ashtanga, Sivananda, Hot Yoga, Gentle yoga, Tibetan Heart Yoga, Kids yoga, Tantra y, más recientemente, una formación basada en la atención plena e informada sobre el trauma con el Prison Yoga Project.  Mi pasión por el yoga surge de la más profunda gratitud por las cualidades autocurativas del yoga: una actitud mental estabilizadora y una conexión continua y profunda con un poder mayor.

 

Soy miembro y practicante de la comunidad de meditación Still Water Sangha y hace poco participé en un curso de meditación Vipassana de 10 días.  Soy especialista en nutrición basada en plantas y trabajadora certificada de Reiki nivel II.

 

Lo que ofrece esta práctica es la oportunidad de ver las cosas desde otra perspectiva, de interrumpir patrones de pensamiento negativos y contraproducentes, y de introducir la idea de que siempre se puede elegir ser y hacer algo diferente. 

 

Cuando nos curamos a nosotros mismos, ayudamos a curar a nuestros seres queridos y a todas las personas con las que entramos en contacto, iluminando a quienes pueden estar perdidos en la oscuridad. El yoga fue para mí esa luz, mi amado marido sostuvo la lámpara y se negó a dejar que la apagara, por lo que estoy eternamente agradecida tanto a él como a esta antigua práctica. 

 

Por eso siento la obligación de convertirme en la mejor versión posible de mí misma e introducir o ayudar a guiar a otros en este camino continuo de despertar, amor extático y "Ananda" o dicha.

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